Se
puede decir que la construcción de liderazgo político se basa en el un juego de cajas y expectativas.
Si hacemos una ecuación, quedaría CLP= C+E.
Con la caja se pueden montar espectáculos, enlazar (en el campo se dice pialar)
los pies resbaladizos de gobernadores que cada día deben tropezar con piedras
financieras, se pueden contener sindicalistas. Todo esto lo hace Macri, como hicieron Cristina y gobiernos anteriores. Los Alperovich, los
Nikisch, los Zamora, los Maurice Closs son botones que sirven para muestra. Mauricio
Macri, utiliza las cajas públicas para beneficiar a gobernadores afines,
agroexportadores, a las grandes mineras, a sindicatos (todavía no llegó el
calor de la caja para los trabajadores), a los bancos amigos, a los
supermercadistas.
Los
medios transmiten con grandes titulares que hay ruptura en el PJ; pero en mi
criterio por ahora se trata un desliz de algunos gobernadores que se
circunscribe a la primera variable de la ecuación de construcción política del
macrismo. También en los medios se recalca que Cristina se quedó sin el manejo
de las cajas.
La caja es la piedra fundacional.
En el terreno de la segunda variable, se puede decir que
Macri no incrementa el caudal de expectativas; y Cristina (con todos los lastres
imaginables) genera más expectativas que
cualquiera del resto de los dirigentes del justicialismo.
¿Cuál
son las expectativas que generan un Juan M Urtubey, un De la Sota? Expectativas
de pacto con el macrismo para la denominada gobernabilidad. Es una expectativa
precaria. Mientras los dirigentes del justicialismo no puedan superar el piso
de las expectativas que mantiene CFK, no la podrán excluir de ningún juego. Y
no me refiero a la presidencia del PJ. El peronismo no encontró al sucesor
de Cristina, y la búsqueda con la caja del Presidente Macri pueden alimentar
que no surja un sucesor.
Ernesto
Sabato, antiperonista que festejó la revolución fusiladora, abrió un texto de
reconocimiento al otro rostro del peronismo que lloraba de tristeza mientras
doctores y hacendados festejaban la llegada de los fusiladores. Fue cuestionado por pensar que
el peronismo nació desde el resentimiento popular. Jauretche, sin ir más lejos,
rebatió esa idea, y puntualizó que la movilización de las masas hacia Perón no
fue obra del resentimiento sino de la esperanza popular.
Yo
no se si será el resentimiento o la esperanza popular o las nostalgias o una
mezcla de todas; que promueven un escenario con Cristina más presente frente a
las medidas del gobierno nacional. Y sin necesidad de cadena nacional. El boca
a boca es federal. El
juego está abierto, en un futuro no lejano se apreciarán los resultados.