AGUILAR GANÓ OTRA PULSEADA INTERNA. QUE EL SENADO SEA TRAMPOLIN O EMBAJADA DEPENDERÁ DE SUS ACCIONES FUTURAS.

Su nombre ocupó los primeros planos del debate político en las dos últimas definiciones electorales. El cierre de listas que a simple vista parece incluir notorios castigos y buenos dividendos para el gustavismo, se acomodó casi a pedir de Aguilar, quien -según algunas fuentes- tuvo activa participación no solo en las varias reuniones con el propio gobernador y otros dirigentes; sino también habría recorrido algunas cuadras resistencianas, hasta el domicilio de Gustavo Martínez, donde mantuvo una reunión definitoria sobre las listas.   

La principal contradicción de la política chaqueña es avanzar o retroceder al rozismo. El proyecto político que lidera Jorge Capitanich definió que su 42 años (55 años es el promedio de edad de las cabezas de listas de las fuerzas principales)  tenga enfrente a la síntesis de lo que se pretende dejar en el pasado. Todo proceso político requiere el fortalecimiento de los cuadros para garantizar los avances. La atipicidad que representaba Capitanich hace años, la representa en estas horas el propio Aguilar. 

En la gestión de Jorge Capitanich, fue uno de los ministros –el otro fue Omar Judis- que se mantuvo inamovible. Encabezó la lista de diputados provinciales. Llegó a la presidencia de la legislatura. Parte de su equipo de trabajo quedó al frente de ministerios, de subsecretarias, y distintos organismos. Ahora llega al Senado de la Nación. Ya no es descabellado que esté discutiendo una chance para la gobernación en el 2.015.

El gran paso político que significa llegar al senado de la nación es a la vez un retroceso de varios pasos de la Legislatura. En este breve trayecto al frente de la legislatura intentó poner en debate temas centrales que hacen a la transformación de las realidades chaqueñas, en línea con el proyecto político que lidera Capitanich. En el debe se puede decir que ¡no lideró el bloque integral del PJ! Nadie esperaba que lo haga ni fue elegido para eso. 

La misión política, entiendo, consistía en organizar la institución con el objeto de generar credibilidad y calidad en el funcionamiento para apuntalar el desarrollo socio-económico. Incorporó otro concepto de la política en un lugar donde prevalecen –casi siempre- otros intereses. Por ejemplo: Intentó infiltrar el debate de la agroindustria como política de estado en un lugar donde las grandes soluciones de la mayoría de los legisladores se limita a pelear subsidios para ciertos sectores rurales. Intentó promover el debate educativo cuando la mayoría de los legisladores focalizan en la coyuntura de las chicanas. Intentó el edificio legislativo, ciertos legisladores se pelean como bestias irracionales por un puñado de metros cuadrados de oficinas. 

La transformación de las realidades es la consecuencia de las transformaciones de conciencias. Se sabe que transformar conciencias contiene varias batallas. Aguilar ganó algunas. La legislatura a partir del 10 de diciembre quedará a merced de un numeroso ejército del gustavismo que exigirá una conducta férrea del próximo presidente para contrarrestar los embates.- 

En la relación con los medios, es el caso de uno de los pocos dirigentes que ostenta crecimiento político sin la bendición de la trilogía de los Wacjman, de los columnistas de los domingos y de canal 9. Eso es una buena noticia. 

No todo crecimiento político se produce gracias a la relación carnal con estos medios ni con ningún medio. El kirchnerismo lo demuestra con Clarín. Así como Francisco “Tete” Romero demostró que se puede decrecer políticamente con estos medios a favor; Aguilar demostró que se puede crecer políticamente con estos medios en contra. Es una verdad de Perogrullo pero falta decirla en un mapa donde la mayoría de los dirigentes hacen filas para ser considerados por estos medios de comunicación. Desafiar al status quo de las palabras dominantes, también forma parte del coraje político que se requiere de los dirigentes en esta época.  

Si bien Eduardo Aguilar, hasta aquí, no se caracterizó por la frívola replica de un discurso oportunista del estilo soy leal a Cristina; podemos notar en su agenda conceptual y de trabajo la existencia de coincidencias nucleares con el kirchnerismo, o mejor dicho con ese peronismo del 45’ restaurado por el actual proyecto político. Entre algunas de esas coincidencias podemos citar sus esfuerzos en el terreno para promover la agroindustria, la diversificación de la matriz productiva para generar empleos, y modificar la estructura de exportación de valor agregado. La promoción de la escuela de gobierno tan en línea con las preocupaciones de Néstor Kirchner cuando creó la Fundación Gestar. Los puntos de la reforma judicial propuesta por el kirchnerismo. La visión de un estado fuerte para liderar el desarrollo regional, y de yapa tiene la credencial de no haber cedido ante las presiones de los medios principales medios de comunicación del chaco.

Que Aguilar vuelva del senado con el cargo de gobernador como lo hizo Capitanich es la ilusión de muchos y la desesperación de otros. La primera pieza del enroque comienza a cruzar el tablero.  La otra pieza todavía tiene algunas variables (endógenas y exógenas) en el medio para comenzar el viaje. Las comparaciones siempre son odiosas. Capitanich fue un senador de intensos protagonismos en la reorganización del senado tras el escándalo de la Banelco. También fue protagonista en el Poder Ejecutivo de transición que debió apagar el incendio institucional, social y económico que dejó la Alianza de radicales y frepasistas. 

Aguilar, tendrá que encontrar el resquicio, para el protagonismo en un bloque liderado por Cristina F. de Kirchner. Es probable que muchas veces deba cerrar los ojos y apretar el botón para acompañar medidas con las que no coincida.

El senado no es un trampolín por si mismo. Los grandes saltos dependen de las virtudes del atleta. Aguilar tiene un trecho aún para demostrar si está preparado o no para llegar a la gobernación. Tendrá el desafío de la creatividad política para que el senado no se transforme en una embajada.