SALVAR LA REPÚBLICA, ES SALVAR LOS PARTIDOS POLITICOS


“Salvar la República  es una de las consignas utilizadas por la dirigencia opositora. Al margen de la coincidencia con la utilizada en el 30, o en el 55 o 76; considero que el primer desafío es salvar los partidos políticos de la oposición.

“Los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático” dice el articulo 38 de la Constitución Nacional. El achaque –justificado- al bipartidismo, nos llevó a un sistema que permitió el nacimiento de una gran cantidad de partidos políticos, como si fuesen yuyos. Los partidos políticos no se siembran, nacen desde la nada.

A principio del siglo XX, Robert Michels enunció la "ley de hierro de la oligarquía", según la cual,  la democracia se convertiría en una oligarquía de dirigentes de partidos. Sea con el bipartidismo o con el polipartidismo, por momentos, apreciamos que ese pronostico fue acertado. ¿Que vamos a hacer, borrarlos del mapa democrático?

No. Repensar su esencia. En principio, se supone que los partidos políticos son un medio de la democracia para el reclutamiento de líderes o representantes. Quienes gobernamos y deliberamos a través de nuestros representantes, debemos estar siempre dispuestos a interpelar y exigir a la dirigencia de nuestros partidos la profundización de las tareas colectivas para fortalecerlos. Esta oligarquía de dirigentes opositores, que menosprecia el sentido de las ideologías, produce severos daños a las columnas vertebrales de nuestro sistema democrático.
                                  
Los partidos políticos deben recuperar el continente ideológico que le confiera claridad conceptual para definir sus fines y acciones.

Un partido político debe ser reconocible por esos fines que delimitan las formas de organización social, económica e institucional de nuestro país. Se conocen los fines personales de sus dirigentes. Se desconocen los fines de los partidos políticos.


En el Chaco, conocemos los fines de Rozas y de Ayala. Rozas quiere ser senador, Ayala gobernadora. Pero desconocemos cuales son los fines de la Alianza. Se que la alianza quiere llegar al gobierno en el 2.015, y la acción será presentarse a las elecciones; pero me refiero a cuales son los fines en lo económico, en lo institucional, en lo social; y cuales son las acciones que propone para alcanzar esos fines. De hecho, la Alianza aun nos debe un documento que deje constancia de los errores cometidos durante los doce años de gobierno, y cuales son las acciones (aunque nos mientan) que llevarán a cabo para no repetirlos.

De todos los partidos políticos que componen el amplio arco opositor, el único excepcional es el PRO. Más allá de los gustos personales, uno debe reconocer que el partido fundado por Mauricio Macri, deja muy en claro cuales son sus entornos, sus perfiles ideológicos, fines y acciones. Quien lo vota sabe por que lo vota; y quien no lo vota también. El resto de los partidos políticos del amplio arco opositor, no tienen un continente ideológico claro. Sus dirigentes lo condenaron a navegar a la deriva. Nada más peligroso que estos vehículos de la democracia transiten a la deriva. Son presas fáciles para ser devorados por los tiburones corporativos.

El principal desafío que tienen los opositores es salvar sus partidos políticos. Ese desafío requiere sostener, en forma coherente, un plan político que dure por más de seis meses. La dirigencia partidaria debería modificar esa conducta cargocrática. Deberían garantizarles a sus propios simpatizantes que son capaces de volar por encima de la coyuntura, que son capaces de fijar planes a mediano y largo plazo. Muchas veces escuchamos a Hermes Binner, con la intención de convencernos que la Argentina debe ser pensada a 20 años. Todavía no me explico como hacen para pensar políticas públicas de mediano y largo alcance, cuando en sus propias filas se dejan llevar por la dirección que tiene el viento en un día determinado. Se declaran socialistas pero eligen al Macri venezolano, se declaran antirozistas pero se abrazan con el rozismo. Parece un chiste pero es la realidad del FAP.

El modelo Patricia Bullrich (uno de los puentes articuladores de la marcha del 18A), el modelo Eduardo Amadeo, el modelo Elisa Carrió no deben ser los ejemplos a seguir. Son malos ejemplos para la vida democrática de los partidos políticos. Tomar muletillas enlatadas por el hombre invisible y omnipresente, para atacar al gobierno nacional sin ningún otro esfuerzo, es una picardía para flotar con comodidad en la actividad dirigencial.  

Aumentar la credibilidad no es una cuestión del azar, sino de esfuerzos continuos, de estudios, de investigaciones, de búsquedas de ideas, de soluciones alternativas. La dirigencia partidaria debe seducir a los jóvenes a acercarse a los partidos aunque para ello deban ponerse el overol, encerrarse a discutir el perfil ideológico, los fines y métodos de la acción partidaria. La política es una actividad sagrada, debemos venerarla día a día.

El espectáculo de la noche del 18 de Abril, nos debe servir para reflexionar e interpelar a la dirigencia de nuestros partidos. Creo que están a tiempo de cambiar y comprometerse, sustancialmente, con sus simpatizantes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

QUIENES SOMOS

Mi foto
Resistencia, Chaco, Argentina
Un acercamiento a la política y economía. En Radio Universidad 91.1. Entrevistas, editoriales. CONDUCE:Cr César López

ALEDO MELONI: "EL ESCRITOR NO HACE MAS QUE ESCRIBIR LO QUE TODO EL MUNDO SIENTE

Seguir

Buscar este blog



Free counter and web stats




LinkWithin

Related Posts with Thumbnails