Posicionarse como opositor, es un buen negocio. En el batallar dialéctico del antikirchnerismo, existe un abanico de poderosos intereses económicos, capaces de financiar cualquier iniciativa comunicacional. Es probable que algunos de esos comunicadores anti k, abran las ventanas de sus ideologías, para recibir un ventarrón financiero de ciertos grupos económicos.
Las palabras hirientes, se replican segundos a segundos, en los medios como si fuesen respuestas a grandes ofensa del gobierno.
Por lo general, insultamos cuando nos sentimos agraviados. Cuando se tiene la libertad para pensar y decir ¿En que podrían sentirse agraviados esos periodistas?
Si podemos leerlos, escucharlos o verlos en la televisión significa que nadie los censuró o al menos desde el gobierno nacional no se los censura.
Entonces: ¿Cuales son los agravios del gobierno nacional que motorizan esas palabras crispadas?